Veremos a continuación detalles importantes para comprender y saber aplicar esta técnica en los procesos de mediación, también pondremos un ejemplo de cómo realizarla correctamente en un caso de conflicto real, de los que se producen a diario en cualquier centro escolar.
Cuando una persona tiene un conflicto
importante es trascendental para su tranquilidad poder contarlo a alguien que
lo entienda y que además transmita que le está entendiendo.
Esta primera descarga emocional es básica en la desescalada del conflicto que
tiene con la otra persona y abre el camino para poder dialogar en un clima adecuado, donde las partes encuentren que sus
interlocutores, los mediadores, comprenden realmente lo que ha pasado,
entienden el problema que han tenido y por eso son adecuados para ayudarles en
la solución.
Parece claro que esta técnica de la
escucha activa no sólo depende de nuestro lenguaje, sino que también, en gran
medida, está ligada al denominado para
lenguaje. En este sentido quiero destacar
algunos detalles, que ya he comentado en otro post, importantes para hacer bien
la escucha activa:
Dejar de lado nuestra “sabiduría”, lo que sabemos del caso, de las personas, nuestro punto de vista, etc., para explorara y comprender lo que la persona quiere comunicar.
Nuestro lenguaje corporal debe ser adecuado para demostrar el interés por escuchar y por lo que nos cuentan. En el lenguaje corporal tenéis las claves para realizar esto correctamente: tono de voz, la postura, la mirada, los movimientos corporales.
Por otro lado también es importante conocer bien las partes en las que se divide un proceso de escucha activa, es decir, los elementos técnicos que debemos tener en cuenta y que son: mostrar interés, clarificar, parafrasear, reflejar y resumir.
· Mantener contacto visual.
· Sonreir.
· Tener una postura corporal receptiva.
· Mantener la atención y no distraerse.
· Emitir palabras de refuerzo o validación.
· Parafrasear o repetir el mensaje de manera propia.
REQUISITOS DE LA MEDIACIÓN Cuando alguien se encuentra ante un conflicto lo puede afrontar de diferentes maneras: con violencia, no haciendo nada, acudiendo a una autoridad que lo resuelva con la imposición de una sensación cuando sea necesario, o bien a través de otra vía pacífica y constructiva: la mediación. Para poder seguir el camino de la mediación, hace falta considerar un conjunto de factores que la hacen posible: 4 • La voluntariedad por parte de las personas enfrentadas, las cuales participarán en el encuentro de mediación libremente, para poder afrontar el problema desde una perspectiva de consenso y para poder llegar conjuntamente a un acuerdo que facilite la reconciliación y la posibilidad de mejorar sus relaciones de futuro. • El consentimiento de las dos partes en querer acceder al servicio; deben ser conscientes de lo que representa el proceso para ambas partes y que aceptan unos compromisos si llegan a un acuerdo. • El deseo de cooperar para poder cambiar la situación. • El derecho a la imparcialidad y a la neutralidad del proceso, para que el proceso de mediación les sirva de una manera justa y equitativa para ponerse de acuerdo. • La confidencialidad de lo que se ha hablado en el proceso, tanto de lo que se ha hablado cuando están todos los miembros implicados como de lo que se dice por separado en las sesiones de mediación. Cuando se acaban las sesiones, el mediador o mediadora han de acordar con las partes implicadas qué es lo que se puede decir fuera de la mediación del caso mediador
.